lunes, 10 de enero de 2011

Una “Mínima” ruta por la Loma de Dílar con un viento “Máximo”

Habíamos planeado hacer una excursión con buenas vistas y sin nieve, para ir introduciendo poco a poco a nuestro nuevo compañero de grupo, Tony, en los secretos de nuestra Sierra Nevada y no someterlo tan de sopetón a un palizón de órdago que lo deje marcado para toda la vida y no vuelva a apuntarse. Por eso, al pobre, ni le habíamos avisado de traerse gafas de sol, ropa de abrigo, guantes, gorro, bragas, aunque menos mal que llevaba botas¡¡¡ Y por supuesto, todos sin crampones ni cortavientos¡¡¡ Para variar….

Siguiendo nuestro protocolo, quedamos en La Zubia el cuarteto "mínimo", Antonio Jiménez (Antonio), Tony, Jose y yo (los mismos de la excursión anterior). Una mala pasada del móvil nos hizo perder una media hora, con Antonio pensando que Jose y yo por la desorganización nos estábamos tirando las mochilas a la cabeza e hincando los bastones en los ojos, y nos habíamos vuelto para casa sin avisarle… Todo lo más lejos de la realidad, pues estábamos placidamente hablando de China y tomando el sol. Solventado el contratiempo, nos pillamos el Touran (pobretico, otro día más por carriles) y sin problemas de hielos en el camino nos plantamos en la Casa Forestal de la Cortijuela (1700 m, aproximadamente). Al salir del coche, ya notamos un viento que cortaba “el sentío”, aunque con sol, mucho sol, nuestra salvación. Desde ahí, y en un plis-plás, pero con numeroso hielo, nos pusimos en el Collado del Pino. Con viento y más viento, y con hielo, y cada vez más hielo, y con nieve y cada vez más nieve (la cosa pintaba cada vez peor, y contrapronóstico…), pero por una subida preciosa por una canal fácil, nos plantamos en la Loma de Dilar a unos 2360 m, más o menos. A la llegada unas vistas impresionantes de la Loma de Peñamadura, la cuerda de los 3000 (con el Caballo, Cartujo, Elorrieta, Tajos de la Virgen y Veleta), y el bonito valle del Río Dílar. El día preciosamente claro, pero con un viento del sur-suroeste que literalmente nos tumbaba en la cumbre (véase el video), con lo que la sensación de frío era espantosa¡¡¡¡¡¡ Nos vamos a tener que creer eso que explico en Física de Aparejadores de que cuando corre viento la sensación térmica disminuye por que disminuye la resistencia térmica superficial del cuerpo humano (se pierde calor por convección, y se pasa frío¡¡¡). Y vaya que nos lo tenemos que creer¡¡¡¡ Menos mal que traía algo de ropa de sobra en la mochila (prevenido, ya sabéis…). En la Loma, solo tiempo para unas fotos chulas resistiendo al viento, y hasta un video fantástico donde se puede oír a Eolo con toda su fuerte viendo del sur. Todo con la “cámara de bolsillo” de más de 1 kg de Tony¡¡¡¡

Tras congelarnos y ventearnos en la Loma, bajada tranquilita entre piedras y nieve primavera por la ladera sur de la Loma de Dilar, hasta buscar un buen “solarium” y “antiventarium” para comer tranquilamente. Nos lo merecíamos¡¡¡ El menú de autor: tortilla de espinacas, jamón, sardinillas, queso, pan de la calle tablas, patatas fritas, cocacola y Fanta,… y de postre, los impresionantes “Quesitos de Almendra” de las Monjas Mínimas de Archidona!!!!!!, que nuestro antequerano Tony nos había traído.

Peculiar nombre para las monjas¡¡¡¡ Pero ya las monjas, y hasta las de clausura, son muy modernas, y tienen página web y correo electrónico (http://www.minimas.org/), así que ya de “mínimas” tienen poco. Estas monjas ya están maximizadas totalmente ante la vida moderna y los negocios¡¡¡.

Pues bien, he leído en la página web de las Mínimas que son seguidoras de San Francisco de Padua y que nacieron en Andujar (Jaén) en el 1495. Hay conventos en Archidona y Antequera (también en otras partes del mundo), y que el de Antequera (en la ermita de Santa Eufemia) es una sucursal o franquicia de las de Archidona. Os pongo una foto de las de Archidona (que mucha clausura, pero foto en la web) y de sus famosos quesitos (menuda sobredosis de azúcar). Cuando subamos al Mulhacen nos van a hacer falta dos cajas ¡¡¡¡¡

La bajada hacia la Cortijuela tranquila, por cara norte y con un poco de hielo, hasta el Collado de Martín y luego finalmente por el carril hasta nuestro coche. Con vistas estupendas del Trevenque y el Trevenquillo, nuestros recuerdos a Sr. Li y nuestros deseos de visitar a Tony en Shangai y de montar un chiringuito de jamones en China, que a mi me da que ya no es muy original….En el coche y con la fuente de la Cortijuela a tope por esto de las infinitas lluvias, un nuevo y “mínimo” tentempié de dulces de las Mínimas…con Antonio imitando la elaboración y amasado de sus famosos dulces…. jajajaja

Breve pero bonita e imprevista ruta invernal por la media montaña, si señor¡¡¡

Nuevos retos invernales nos esperan…

Perfil de la ruta

Mapa de la ruta












Trevenque entre pinares

Fuente del Herbidero, Trevenque y Loma Dilar nevada


Monjas miminas