viernes, 18 de febrero de 2011

Esparragos e Himno de Torreperogil

He venido a Torreperogil de inspección familiar.

Desde pequeño mi padre me transmitió la bonita afición de buscar productos del campo. Aceitunas, alcaparrones, setas, espárragos, peces, perdices, conejos, etc... Hace unos 30 años eramos pocos buscando, pero ahora hay gente por todos sitios. Ahora no solo hay que adivinar los secretos y ritmos de la naturaleza, sino la psicología de los competidores. Hay que tratar de llegar antes que los demás, o ir a sitios donde uno crea que no van ir a los demás...

Ahora toca buscar espárragos. Cada época tiene lo suyo, y los espárragos son los reyes de la primavera. Ha amanecido un día espléndido, con algo de fresco, pero con una enorme visibilidad, tras las lluvias infinitas de esta semana. Las sierras jaeneras están repletas de nieve. El día es ideal para coger el coche e irnos mi maestro (mi padre) y yo a buscar los primeros espárragos de la temporada. Hemos ido a las bonitas y ya escasas dehesas del rio Guadalimar, entre Sabiote y las Navas de San Juan. El río baja bravío y colorao (parece el gran cañón¡¡¡). Da gusto pasear por las deheseas, que ya empiezan a verdear. Las primeras margaritas se dejan ver y los pájaros cantan con alegría. Intuyo ya la primavera. Intuyo ya las ganas de eclosionar la vida, tras un invierno poco a poco moribundo. Agua no va a faltar...

Con la maestría de mi padre, hemos conseguido encontrar un buen puñado de espárragos. No aspirábamos a mucho, pues estamos aun en febrero. Hay poquísimos, pero al ser los primeros, gustan más, uno disfruta más cuando los encuentra. Somos así los seres humanos. Nos apasiona lo díficil y nos aburre lo fácil. No os contaré donde ni como hay que buscarlos, no vaya a ser que nos los quitéis. Pero si os invito a que nos los comamos juntos con un huevo y una buena cerveza.

Os dejo una fotillo. No confudir con los espárragos cultivados, ni los que venden en las tiendas. Estos no se venden....


En otro orden de cosas, cuando he llegado a mi casa, me he llevado la sorpresa de que el salón de abajo se ha convertido en el lugar de ensayos de un pequeño coro que está aprendiendo un himno a Torreperogil que dejó escrito Luis Moraga, quien era marido de mi prima Úrsula. Mi pueblo no tiene himno oficial, y parece ser que hay una especie de concurso de ideas, y esta es una de ellas. He asistido al ensayo (no me ha sido difícil, por que es en mi propia casa, jajaja), y el himno, como todo himno, dice cosas grandilocuentes. El maestro, Juan Antonio, dice que los hombres cantan mejor que las mujeres. El estribillo dice esto:

Torreperogil, Torreperogil
Orgullosa torre asomada al Guadalquivir
Torreperogil, Torreperogil
Tierra de hombres valientes en el arte de vivir
Dos torres de afán al viento y al sol
Donde los torreños ofrecimos fértil sudor
Triste solo fue en verso falaz
Donde la belleza no encontró amor ni esperanza