Welcome party

El primer viernes de mi estancia en el Tokyo Institute of Technology (en adelante, Tokyo Tech. que es como le llaman), nos hicieron una fiesta de Bienvenida (Welcome Party).

Nosotros estamos en la planta 4 del Edificio 1 de la zona de Isikawadai del Campus de Ookayama, y la fiesta se organizó en un seminario de clases de la planta 7 del mismo edificio. Aquí las salas de seminario son multiuso, todo está pensado y preparado, las mesas giran y se organizan según las necesidades.  

El grupo que me acoge tiene tres profesores: El Catedrático (Todoroki), el Asociado (Mizutani) y el Asistente (Suzuki). Todo muy jerarquizado. Aparte hay como unos 20 alumnos haciendo su trabajo fin de carrera (los B4, Bachellor de 4º año), su trabajo de máster (los M1 y M2, master e 1º y 2º año) y un par de doctorandos (los PhD). Aquí hay pocos doctorados, por dos razones. Primero porque en la empresa no le pagan más por ser doctor (muy pocos se quedan en la Universidad). Y segundo porque hay unas normas muy exigentes para hacer el doctorado, entre ellas tener dos artículos publicados en revistas de impacto (eso para empezar… en España piden uno para acabar…un cambio sustancial, no?).

Y por supuesto, no podemos olvidar a Tanaka-san, la administrativa, que viene dos días a la semana, y que habla unas palabras en español. El profesor que me ha invitado es Mizutani, al que conocí personalmente en el congreso de Granada. El grupo básicamente trabaja en Mecánica de la Fractura y Ensayos No Destructivos. Así que cada profesor dirige como unos 6 alumnos, algo nada despreciable. Hay solo una chica, que es la gran codiciada por todos ¡!! En Japón muchas mujeres cuando tienen hijos dejan de trabajar, así que no muchas estudian, y menos Ingeniería. Ah, la administrativa, Tanaka-san, me confesó que su afición son los cruceros.... 

Ya contaré más cosas del grupo, y pondré fotos de las dependencias. Hoy toca la Welcome Party. Los chicos trajeron muchas cervezas de marcas múltiples japonesas, y comida típica tipo sushi y Okonomiyaki, una especie de pizza a la japonesa. En las fotos se ve claro que hubo actividades varias. Mizutani nos deleitó con música tradicional de Okinawa, que es la zona de Japón más al Sur, a modo de Islas Canarias. El instrumento se llama sanshin, y está hecho con piel de serpiente.  Mizutani tiene varios en su despacho, aunque con el que tocó en esta fiesta es el más valioso (faltaría menos!!!), pues está hecho con la madera en árbol protegido. No solo toca el instrumento, sino que también canta, en un idioma antiguo que por supuesto los estudiantes no conocen. Antes de cantar, nos explica las canciones.

También tuvimos yudo entre dos estudiantes ¡!!!!! Y al final de la fiesta, la foto de familia, como podéis observar. En el momento de la foto ya no estaba el profesor Todoroki, al que podéis identificar en otras fotos pues, aparte de mí, es el más mayor. Como ya se había ido, los alumnos propusieron poner una botella de fanta de naranja y un servilletero encima que emulara al profesor Todoroki. Es un acto muy infantil y fruto de las altas dosis de alcohol, pero es bien representativo de Japón. No obstante, contrasta mucho que los alumnos den una idea muy infantil cuando se divierte y juegan (en el despacho juegan al yoyo con el pie), pero luego son la mar de serios cuando curran y resuelven sistemas de millones de ecuaciones no lineales con elementos finitos, y hacen presentaciones estupendas, y programan en Labview como unos máquinas. Son serios para el trabajo, y divertidos para la juerga. Me gusta…

Por cierto, que el grupo se llama “Laboratorio Todoroki-Mizutani”. Esa es la denominación que se hace de los grupos, haciendo referencia a quien los dirige. También ocurre en cierta medida en USA. En España un laboratorio lleva el nombre de quien tanto haya trabajado en él, cuando este se muerte, y si se mueren varios….no se le pone a ninguno.

Tras la fiesta, algunos de ellos nos llevaron a un Karaoke, donde estuvimos como dos horas…. Traté de buscar canciones en español, pero solo encontré a Julio Iglesias….

Total, que nos lo pasamos muy bien, y quizás repitamos en breve pero con una fiesta española sin jamón. A la salida, uno de los estudiantes que se vino pero que pertenecía a otro grupo, me confesó que el grupo Todoroki-Mizutani es el más prestigioso de la facultad, y que todos los estudiantes quieren trabajar en él… 

Quizás peloteó un poco, porque hay otro grupo de robótica que es muy famoso y que hace robots que nadan muy chulos.

Tras el tifón, llegó Shinyuku y Roppongi

No hay nada mejor que un domingo después de un tifón. Tras la tempestad viene la calma, y tras el tifón, un ideal cielo azul para echarse a las calles, los rascacielos y los parques de Tokyo. Ese era el objetivo de hoy.

Como primera parada, la zona de Shinjuku, una de las paradas de metro/tren más famosa de Tokyo, un distrito comercial y financiero. De hecho, es la estación donde confluyen más pasajeros del mundo. Unos 3 millones diariamente ¡!!!!!!! Osea, casi la población de Madrid. Es fácil decirlo, y difícil imaginarlo. Solo basta mirar los cartelitos de las fotos, donde se ven las miles de líneas de metro que confluyen. En un panel se ven las decenas de puertas posibles de esta estación. No basta con decir a los amigos, “quedamos en la parada de Shijuku?”. Estarás perdido irremisiblemente¡!! Esta parada tiene más puertas que una plaza toros. Hay que decir la puerta, y después de la puerta, la salida, pues cada puerta tiene varias salidas. Un lio, vamos.

En Shinjuku está el ayuntaminento de Tokyo, un edificio en su momento moderno (ahora se ve viejito), en el año 1991. Se puede subir a sus dos torres, a coste cero, y desde ahí las vistas en un día pos-tifón son excepcionales, hasta del Monte Fuji. Sinyuku es el barrio de Tokyo con más inmigrantes, y casualmente es el único donde por ahora he visto vagabundos.

Tras el Ayuntamiento, descendimos a nivel de suelo, donde un soberbio parque estaba hoy plagado de Tokyotas haciendo obentos. Los obentos son comidas camperas. El día era para eso. En el parque, como en gran parte de Tokyo, no falta el árbol japonés por naturaleza, el Sakura, o cerezo ornamental, pues no da fruto. Será una pasada verlos en primavera (el valle del Jerte será una caca comparado con esto), aunque ahora lo que toca es esperar a que los estupendos arces japoneses, muy abundantes también, llamados momiji, se pongan rojos. Todo un espectáculo, del que estoy expectante, pero que por ahora va retrasado.

Tocaba comer, y eso lo hicimos en otro distrito famoso de Tokyo, Roppongi. Esta zona se consolidó como zona de marcha nocturna tras las Olimpiadas de 1964 (Qué pasará en las de 2020?), y desde hace algunos años, con la construcción del barrio MidTown (una mezcla de edificios y parques) y el Roppongi-Hill (un conjunto de edificios con cines, tiendas, museos..). Es una zona donde se ven muchos guiris. Eso habrán dicho al verme a mí hoy por allí. Entre los edificios está el de la cadena de televisión Asahi, creadora de Doraemon, Sinchan, etc.

Entre las cosas destacadas del día, una tienda de perros y gatos de lo más mona (hay muchas en Tokyo), con precios de entre 2000 y 3000 €; una cola enorme de chicas y chicos bestidos tipo Lolitas para probar una cerveza nueva; o un mercadillo de artesanos de fundas de iphone de las más originales que se te puedan ocurrir...

Os dejo unas fotos que dejan muy claro lo que es el ambiente Tokyota en una soleada mañana de domingo otoño…. Muy diferente será el ambiente de estos distritos cuando las hordas de ejecutivos que empujan en los trenes a las 6 de la mañana lleguen a estas oficinas…. Miedo me da ¡!!

Viva la Virgen de Yokohama !!!

Lamento que  mis responsabilidades docentes en Tokyo Tech. (ya os contaré que es…) no me hayan dejado tiempo para ir contando mi vida diaria en Tokyo. De hecho, no vivo en Tokyo, pero casi (es como vivir en Getafe y trabajar en Madrid).

Vivo entre dos estaciones de tren (aquí todo se mide en referencia a las estaciones de tren, hasta el punto de que si estas lejos de una, no existes !!), llamadas Tama Plaza (los japos no saben lo que significa Plaza, y lo pronuncian como Praza) y Azamino.

Mi barrio pertenece al municipio de Aoba-ku (el primer día fui al ayuntamiento a decir mi dirección postal para que me tengan controlado), que a su vez pertenece a otro más grande (Yokohama, famoso por ser el puerto marítimo más importante de Japón), que a su vez pertenece a la prefectura de Kanagawa. La palabra prefectura no existe en español, pero es equivalente a otra que tanto nos gusta “Comunidad Autónoma”. Aquí no hay peleas por autonomías. Japón es un país muy homogéneo. Aburrido? No tan variado como España? Probablemente, pero gracias a que, por ejemplo, tienen un sistema educativo homogéneo en el espacio, estable en el tiempo, y muy exigente y serio, un bachiller japonés de 18 años tiene más nivel matemático que un titulado superior de 22 años español. 

Pero hoy no voy a hablar de educación, sino de una procesión de mi barrio. Os dejo un pequeño reportaje de fotos y unos videos. Hace un par de domingos, cuando iba a tomar el tren de Azamino a Yokohama, me encuentro esta especie de romería rociera y procesión de Semana Santa. Sorprende que religiones y culturas tan lejanas tengan tantas similitudes. Incluso se oye la flautilla rociera!!!!

Japón no es un país religioso, sino más bien un país moral, que basa sus creencias en la moral y la naturaleza (la moral para funcionar mejor entre ellos-no roban tanto, por ejemplo- y la naturaleza por que los japoneses en un día pueden tener terremoto-sunami-tifón).

Son prácticos, creo yo, y también en esto de la religión lo son. La religión mayoritaria es la sintoísta, que no tiene imágenes (no saben lo que se pierden sin la guapa andaluza Macarena o la  catalana Moreneta!!!!). Pero el sintoísmo es una religión más colorista y divertida que el cristianismo (que basa su belleza en la riqueza y sus joyas (eso que tanto le irrita, y con razón, a nuestro Papa Francisco)).

Ya pondré fotos de templos sintoístas, muy folclóricos y abiertos a todo. Son un sacadineros impresionante, con el buen rollito de la buena suerte y los amuletos, método mucho más práctico que pasar el cepillo en la misa, donde solo van las cuatro beatas lady rácanas que no dejan más que unos céntimos.

En la procesión había dos partes, una de niños y otra de hombres japoneses hechos y derechos, rudos y olorosos. Portan un templito enano, y las falditas masculinas contrastan mucho con nuestros trajes de penitentes, desde luego. Cuando llegan al final (que es la puerta de un supermercado, y no la entrada de la Catedral de Sevilla), dan unos giros con unos cánticos espectaculares. Fijaos en el video.

Total, que me encantó encontrarme esto por sorpresa, en un barrio donde no hay turista alguno. Así que podéis imaginaros que mi presencia echando fotos con el ipad como un loco, debió llamarles la atención más que la propia procesión. Viva la virgen de Yokohama!!!!! dije emocionado, pero no me entendieron (afortunadamente….)