Cuando cogí el coche esta mañana hacía bastante fresco ya, 43 F (grados Fahrenheit) marcaba mi coche. Me di cuenta que con la gasolina que llevaba no podía llegar a ningún sitio, así que me paré en mi surtidor habitual. Hoy el precio era de 3.67 dólares el galón, sorprendentemente el precio está bajando mucho desde que llegué a LA y fluctúa mucho de un barrio a otro.
Al entrar en Westwood me di cuenta que la velocidad límite era algo menor que en otros sitios de la ciudad, 30 millas/hora. Por casualidad miré la distancia entre mi casa y UCLA, alrededor de unas 5 millas, no está mal. No obstante, UCLA es bastante extenso, puede tener seguro más de 20 acres. Me di cuenta que los camiones no pueden entrar a mi aparcamiento, pues no se permiten coches de más 6 pies y 4 pulgadas de alto.
Aunque a medio día la temperatura había subido hasta 63 F, fui a nadar a la piscina de 30 yardas, donde el agua está estupenda, más de 80 F. Hoy me pesé, y vi que la báscula marcaba 165 libras, así que estoy algo más gordo. Al volver a mi oficina busqué una regla, pero solo las encontré de pulgadas. Qué mala pata, se la tendré que pedir a Ono¡¡¡
Antes de llegar a casa me pasé por mi super y compré, entre otras cosas, media libra de carne, dos galones de leche y 5 onzas de almendritas de California, qué ricas¡¡
Pero ya me ha entrado sueño, y voy a caer dormido en no más de 10 segundos¡¡¡¡
Oh, bendito TIEMPO, me salvaste de la locura¡¡¡¡ Ya puedo dormir tranquilo….
Que mal estas, tio!
ResponderEliminarVaya cosas se te ocurren para ir a dormir.
Ahora, yo no me quedo atrás, aqui estoy, en la cama viendo la trilogía Tres Colores de Kieslowski. Y por si no me duermo también tengo preparada
La doble vida de Veronique.
Eso si, tu estas peor que yo.