viernes, 16 de diciembre de 2011

Bright Angel Trail


Acabo de cenarme un filete estupendo de búfalo mientras escuchaba a un tipo cantando un Country tranquilito con su guitarra y su armónica tejanas, con canciones preciosas de Johny Cash y todo. El momento me ha recordado aquella cena en Zacopane (Polonia) o aquel momento glorioso de niño prodigio a la guitarra en la rumana ciudad de Sibiu este verano. En un intermedio el cantante ha venido a mi mesa, y con un típico “where are you from”,  hemos estado hablando un rato. Debo tener pinta de “raro solitario”. Cuando me iba él seguía cantando pero me ha despedido desde el escenario con un “Welcome to Arizona, and Take care”  (Cuídate). 

La verdad que me merecía un búfalo para cenar, porque me he pegado una tremenda panzá de andar, a través del famoso Bright Angel Trail. Este sendero es el más clásico para bajar desde las altas planicies del Cañón hasta el Rio Colorado. Mucha gente lo hace en caballo, y en verano es especialmente famoso por ser extenuante por el calor. No se me ocurriría hacer esto en verano, por supuesto. El premio es llegar al Colorado, pero como es complicado y muy duro subir y bajar en el mismo día, alguna gente se queda a dormir en el Phantom Ranch (un refugio) o acampando al lado con la tienda. El Phantom Ranch está al otro lado del río, por lo que hay que cruzarlo por un puente colgante. 

Pero yo me levanté tarde por que hacía muchísimo frío (-14 grados esta noche), por lo que era imposible llegar al Colorado. Así que decidí solo llegar a la Plateau Point. Ya dije ayer que el Gran Cañón tiene dos fases, probablemente debidas a dos fases geológicas. Primero un anchísimo cañón de unos 1000 m de profundidad, y luego un cañón más estrecho pero más escarpado por donde discurre el Colorado, a unos 600 más de profundidad del anterior. Pues bien, ir a la Punta Plateau a la que yo he llegado conlleva hacer solo la primera fase, 1000 m de bajada, y luego de subida¡¡¡¡ El sendero es en V, en lugar, del clásico sendero de subida a picos que es en A, por lo que el esfuerzo grande lo tienes que hacer al final, cuando ya estás cansado, lo cual es una putada gorda. Y encima por el mismo sitio, lo cual es más desmoralizante.

El sendero es auténticamente una maravilla, con un trazado perfecto en zigzag, a veces más ancho, y a veces más estrecho, de tal forma que cada vez te vas viendo más dentro del cañón, envuelto en paredones de roca roja. En un momento dado dejas de bajar,  y llegas a una zona con agua, con un río, y muchos chopos todavía en estado otoñal (ahí no hace tanto frío), donde puedes acampar y beber agua. Oficialmente la zona se llama Indian Garden. El nombre y el sitio, hace pensar que en este oasis vivían tranquilamente los indios antes de ser matados por los pistoleros. Los indios que vivían aquí se llamaban los Hualapai, de los cuales parece que aún quedan reservas. De hecho, ellos fueron los que trazaron este sendero. 

Desde ahí uno puede decidir si bajar al Rio Colorado o ir a la Punta Plateau, con carteles que te advierten de que es una decisión bajo tu responsabilidad, pues lo de bajar al río y luego volver es muy duro. Yo obviamente tomé el sendero de la izquierda, que en 45 minutos de llaneo me llevó a la espectacular Punta Pateau, un mirador en medio de una llanura, ya en zona totalmente desértica con vegetación típica del desierto, totalmente en el medio del Gran Cañon, y desde la que puedes ver a tus pies el Rio Colorado. La Punta en una zona que se llama Tonto West. Realmente no es un río de los más caudalosos del mundo, pero es tremendamente mítico. En mi nueva vida haré un viaje en Rafting por los rápidos del Colorado. Por cierto, que cerca de mi pueblo hay un rio, El Guadalimar, que todos le llamamos el Rio Colorado, porque va por unas tierras rojas, similares a las de Gran Cañón, y cuando llueve baja rojo. Suelo ir ahí por espárragos con mi padre. El Colorado hoy bajaba verde oscuro. 

En la Punta te sientes totalmente empequeñecido, rodeado de tanta inmensidad, tanto si miras hacia arriba, como hacia abajo, en medio del desierto, en medio de la casi nada. Yo me encontré allí a una chica rumana y un alemán, que se les veía muy amorosos, y que habían dormido en una tienda de campaña en el Indian Garden. Me miró a mi bragueta fijamente y  me dijo que la tenía bajada. Le dije que no, que se me habían roto los pantalones al sentarme en el coche, cosa que es cierta, y que mi madre estaba muy lejos para arreglármelos. Le dije que no se preocupara, que llevaba abajo una malla de hacer ciclismo, y que no se vería nada. 

A mi subida tuve una gran decepción. Vi un tubo que llevaba agua al Indian Garden, lo que me hizo recordar a la falsa cascada de la Ruta del Borosa en Cazorla. Pero… fue bonito mientras pensé en los Hualapai viviendo allí. Por contra, encontré a un chico guapísimo solitario, tipo Brad Pit pero en joven, con pantalones de vestir, zapatillas de ciudad, una trenca, una bufanda de lana que le llegaba al culo y una mochilita enana de Hello Kitty. Me dijo un breve, Hello, cuando lo adelanté, ya que él estaba comiendo. Pero al poco lo vi que me pegaba una pasada impresionante, y empecé a reflexionar sobre si esto de la ropa de montaña no es más que una forma de despistar para que crean que eres montañero. Me deprimí bastante, la verdad. Yo había comprado por la mañana unas suelas de goma para los zapatos con unos pinchitos para no escurrirme en el hielo y la nieve, y había alquilado unos bastones. Por cierto, el chico que me los ha alquilado, pasota y al que no entendía un carajo porque no movía la boca de lo pasota que era, me dio un curso de manejo del bastón. Enfín, …. nunca es tarde, pero llevo usando los bastones más de 30 años. Me sentí un poco gilipollas oyéndolo, así que me lo tomé como una clase de inglés.

El Bright Angel Trial es el más típico sendero que baja al Cañon, pero hay otros, que mañana indagaré.



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