Hoy he cenado en un mejicano. De hecho la presencia mejicana en Arizona es incluso mayor que en California, y la mayoría de la gente que te atiende en los hoteles, restaurantes, etc, es latina. Es famoso el Sherif de Arizona por su dureza con los hispanos, hasta el punto que Obama le ha regañado y andan a grescas.
Hoy me levanté antes y decidí hacer gran parte del South Kaibab Trail, otro famoso sendero que baja desde las altas planicies del Cañón hasta el Colorado. De hecho es el más famoso para bajar, y el sendero que hice ayer, el más famoso para subir. La gente suele quedarse a dormir en el Refugio Phantom Ranch, a pie de río, en otro oasis de los indios, que hoy he visto desde la lejanía. Alguna gente me ha dicho que hay que reservar con muchos meses de adelanto, pero otra gente había reservado ayer, o hace una semana, porque hay muchas cancelaciones. Así que he perdido la oportunidad de dormir a pie de Colorado.
El día amaneció con un tremendo viento frío, pero en cuanto te metes en el Cañón, la cosa va mejorando. El sendero es más empinado, con zigs-zags más estrechos, y más expuesto que el de ayer. Varias veces cambias de vertiente, viendo el Este o el Oeste del Cañón. Técnicamente es una perfección de sendero, por lo que podemos calificarlo como 10 puntos, siempre con impresionantes vistas. Hoy vi un nuevo elemento que no había visto ayer, las mulas bajando y subiendo gente, turistas. De hecho es una buena forma de bajar al Cañón sin esfuerzo, y con unas vistas incluso mejores que andando.
Llegué hasta el mismo nivel que ayer, con estupendas vistas del Colorado, y con vistas de lo que quedaba de sendero para llegar al Refugio. La subida nuevamente se me hizo eterna, 3 horas subiendo, lentamente, muchas veces solo en medio de la inmensidad, con el único ruido de los bastones hincándose en la tierra o la nieve. Me recordó a ir en la Procesión del Silencio de Graná, oyendo los portavelas de madera chocando en el suelo.
Ciertamente el Cañón es algo majestuoso, grandioso. Me llevo un recuerdo inolvidable, aunque haya socializado menos que en Yosemite. Así que nuevamente quiero pensar en un “See you next time” mejor que en un “Good Bye forever” a este Grandioso Parque Nacional.
Mañana, si todo trascurre con normalidad, abandonaré el Cañón, y en el mejor de los casos llegaré a LA. Si no, el lunes.
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