martes, 24 de diciembre de 2013

Feliz Cumpleaños, Emperador

Ayer 23 de Diciembre fue Fiesta Nacional en Japón. Navidad? No. Aquí no se celebra la Navidad.

Fue el cumpleaños de Akihito, el Emperador. Y además, nada más y nada menos que el 80 cumpleaños. 

Akihito accedió al trono de Japón en 1990, tras la muerte de su padre, el emperador Hirohito, quien había gobernado el país durante la 2ª guerra mundial. De hecho, tras el asedio y bombardeo de Tokyo, Akihito fue retirado de Tokyo con solo 12 años. Otros niños no creo que corrieran la misma suerte. No obstante, durante su reinado, Akihito pidió perdón a China y Corea por la ocupación hace ya bastantes décadas (hay una película estupenda al respecto (Ciudad de Vida y Muerte).

Akihito tiene tres hijos, dos hijos mayores y una hija, la menor. El mayor, Naruhito, es el heredero. Su esposa, la princesa Masako, es muy popular en Japón por su belleza y su gran formación en Harvard. Pero Naruhito y Masako solo tienen niñas, así que el heredero tras Naruhito, es el hijo de su hermano, el príncipe Fumihito, conocido por el pueblo japonés como “el del bigote y el pelito largo”. Su hijo, el príncipe Hisahito, si no cambia la aun estricta ley japonesa que prohíbe a las mujeres acceder al trono, será el emperador de Japón tras Naruhito.

Aparte de ser día de fiesta y no trabajar, es el día ideal para poder visitar los jardines del palacio imperial situado en pleno centro de Tokyo. Solo este día y el 1 de Enero, esto es posible. El palacio es enorme y está rodeado por un foso de agua de 5 km de perímetro, que se ha convertido en una ruta para correr muy famosa en Tokyo con duchas y vestuarios.

Nosotros no faltamos a la cita, y espléndidamente guiados por nuestro amigo Riky (marido de Akiko), nos dispusimos a hacerlo. A la entrada, unos chicos vestiditos de militares te dan la banderita de Japón con las dimensiones perfectas para que todas sean iguales. Desde ahí hasta llegar al palacio hay como 1 km, totalmente repleto de guardias de seguridad, haciendo del evento algo perfectamente organizado. A pesar de casi 4 meses en Japón aun me sigue sorprendiendo la capacidad organizativa y lo minucioso de este pueblo. Era imposible ir hacia atrás o pararse. De lo contrario, se rompe el orden y los japoneses desesperan.

A nuestra llegada a la puerta de Palacio una multitud de gente y prensa esperando la salida al balcón acristalado de la Familia Real. A las 11 en punto, y sin el más mínimo retraso, Akihito y su señora, junto a sus tres hijos y dos nueras, asoman por el balcón vitoreados por el perfecto y acompasado sonido de las numerosas banderitas de los asistentes. En su discurso, y en no más de 5 minutos, además de dar las gracias por felicitarle su 80 cumpleaños, alusiones a los dos problemas recientes de Japón, el desastre de Fukushima y las victimas del pasado tifón del mes de octubre. Nada de alusiones a independentismos ni a la economía. Eso aquí no preocupa.

Una cosa interesante de Japón es que al igual que en España, la bandera tiene ciertas connotaciones nacionalistas (o si me apuras, fascitas), hasta el punto de que es un símbolo que no aparece en casi ningún lugar del país ni se usa como souvenir. Todo lo contrario a Estados Unidos, por ejemplo. De hecho, Japón hasta la 2ª guerra mundial tenía otra bandera, la del sol naciente, con los haces de luz. Pero esa bandera fue modificada, para dejar de asociarla al alineamiento que tuvo Japón en la 2ª guerra mundial con la Alemania de Hitler. Así que en todos lados cuecen habas. De hecho, a nuestra salida, vimos varios coches de manifestantes con la antigua bandera de Japón, poniendo el símbolo naci dentro del famoso círculo rojo.

Para nosotros el día acabó con una entrañable cena en casa de nuestros amigos Riky y Akiko, quienes nos tenían preparados polvorones hechos en Japón y turrón Jijona de Alicante (el blando). La noche la redondeamos viendo villancicos en videos del Canal Sur. Que bonito es internet ¡!!

Durante la tarde además, las televisiones japonesas no paraban de dejar de poner reportajes del 80 cumpleaños de Akihito. Juega al tenis y aún conduce con su coche dentro del Palacio Real. Además, se le ve una aspecto físico saludable, tras haber superado un reciente bypass de la coronaria y un cáncer de próstata hace 10 años.

Aprenda, Don Juan Carlos, el tenis es más saludable que irse de cacería de elefantes a África y hacer regatas en la bahía de Palma. Ah, Don Juan Carlos, por favor, y además pida perdón por lo de su hija y su yerno de una maldita vez ¡!! Aun le podemos creer...

Aquí en Japón la familia real es vista igualmente como algo medio inservible, y curiosamente, produce mucha risa. Incluso lo de las banderitas produce risa. Así que, en todos lados cuecen habas…

De hecho, ayer en Japón era más noticia la fase de clasificación de patinaje sobre hielo a las olimpiadas de Sochi que el cumpleaños de Akihito. 

Ah, alguien sabe cuando es el cumpleaños de D. Juan Carlos? Pues quedan pocos días, así que a ver si le hacéis un regalito....





















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